En la recta final de los Oscars llega este viernes a España una de las películas que marcará un antes y un después en la vida artística de su protagonista: Jeff Bridges.
Bridges y su Bad Blake de Crazy Heart parte como favorito a la estatuilla dorada, tras ganar el pasado 17 de enero el Golden Globe a mejor actor dramático y con más de 10 nominaciones a varios prestigiosos premios como los BAFTA o los Independent Spirit Award.
Bridges interpreta en Crazy Heart a un cantante y compositor de country pasado por el filtro de la edad y, especialmente, del alcohol cuya carrera no puede ir más que cuesta abajo y tan solo le quedan ya unas pocas actuaciones en pubs de áridos pueblos americanos. Es entonces cuando entra en su vida una periodista (Maggie Gyllenhaal) que cambia por completo su forma de vivir. Bad Blake es un tipo castigado por la edad y los excesos, un hombre cuya vida da pena y cuyo físico no resulta agradable a la vista. Su acento y su pronunciación sureña marcada por su fuerte alcoholismo llevan a una pronunciación difícil de entender (rasgo que, erróneamente, no se puede comprobar demasiado bien en el doblaje en castellano) pero que acaba de caracterizar al singular personaje. Sin duda alguna Jeff Bridges borda su transformación en un hombre totalmente desgastado y lo mínimo que se merece es el reconocimiento supremo que supone la estatuilla dorada.
Esta es la quinta nominación para Bridges tras The Contender, Starman (la única de todas, Crazy Heart aparte, que es por mejor actor principal), Thunderbolt and Lightfoot y The Last Picture Show. Y probablemente todo ello llevará a que le den el Oscar, por unanimidad en el voto, quizá.
Sin embargo, es una pena que el gran personaje de Bad Blake haya coincidido en el año en el que hemos conocido la otra cara del galán inglés de los últimos tiempos.
Colin Firth deja atrás su faceta más romántica (y ñoña) e incluso deja su papel de calzonazos – siempre comento a todo aquel que quiera escuchar que Firth es probablemente el actor que más veces, que yo sepa, ha hecho de un hombre al que le ponen los cuernos: Shakespeare in love, Love actually, Bridget Jones, The English Pacient… y estas son sólo las que yo he visto – para convertirse en un hombre maduro y serio en el drama A single man, en el que él es el protagonista indiscutible y cuya actuación más de un crítico la ha calificado ya como la gran actuación de su vida (de momento). Su personaje, George Falconer, es un profesor gay de universidad que acaba de perder en un accidente de tráfico a su pareja sentimental e intenta sobreponerse a ello. Es un personaje que no pierde en ningún momento la elegancia y el estilo (teniendo en cuenta, también, que la película la dirige un diseñador de moda, Tom Ford) y Firth consigue lucir su caballerosidad inglesa en todos y cada uno de los momentos de la película.
Es curioso que las dos actores con más probabilidades de llevarse el Oscar al mejor actor (y también, mis dos actuaciones preferidas, dicho sea de paso, tomándome la libertad de opinar sin haber visto aún una de ellas, la de Jeremy Renner en The Hurt Locker) tengan personajes tan alejados físicamente uno del otro: por un lado, el despojo humano, borracho, fofo y extremadamente descuidado que es Bad Blake, y por otro el atractivo y en todo momento elegante George Falconer.
Este domingo se decidirá si la estatuilla se va a Inglaterra o se queda en Los Ángeles (o si da la sorpresa y la gana otro de los nominados).
Pese a lo mucho que, admito, me gusta Colin Firth y pese a que no podré reprimir mi alegría si lo gana, creo sinceramente que el justo vencedor sería Bridges:
Porque Firth con A single man ha demostrado que es un gran actor al que se le tiene que tener en cuenta a partir de ahora, pero aún le quedan muchas actuaciones interesantes que aportar y porque el gancho de A single man es él y únicamente él, ya que la película sin Firth se quedaría en muy poco, por no decir en nada.
Porque esta sí que es probablemente la gran actuación en la vida artística de Jeff Bridges, porque no sólo te hace interesarte por el country sino que transforma una película que en apariencia era simple, en una historia muy interesante gracias también a la ayuda de la espléndida Maggie Gyllenhaal.
Porque, pese a que el galán y el atractivo es Firth, el personaje de Bridges consigue que tras esa capa de alcohol y desgaste humano, logre agradar al espectador y llenarle de ternura y simpatía.
Pues si, mi apuesta sin ninguna duda para 'Mejor Actor' es Jeff Bridges, impresionante en éste último papel.
ResponderEliminarPor cierto, no te olvides de publicar tu apuesta para la porra y apuntarte :D
http://ihatetosaybutitoldyouso.blogspot.com/2010/02/oscar-2010-porra-blogger.html
Un saludo.