miércoles, marzo 17

El arte de hacer arte de un grafiti

Da la sensación de que tras los Oscars el mundo de Hollywood se mueve en un cosmos de insomnio, dejadez y cansancio, donde la calidad de las películas deja mucho que desear, ya nada importa, y donde la cartelera se llena de estrenos como Green Zone, The book of Eli o The Bounty Hunter (llamada en español “Exposados”). Con estrenos así desde la meca del cine, olvidémonos de momento de Hollywood, que parece como si en ésta época del año se tomara un respiro de calidad.

Como dice Banksy en este grafiti que firmó en la ciudad de L.A., ¿dónde está Hollywood?

Precisamente Banksy ha sido en los últimos meses un foco de actualidad cinematográfica cuando el pasado mes de Enero se presentó su peli-documental en el festival de Sundance. Este documental llamado Exit throught the gift shop, parte de una realidad, quizá mezclada también con la ficción, y cuya dirección no está totalmente definida. El nombre que aparece en el lugar que corresponde a “dirigido por” en la mayor parte de los lugares de internet, pero no en todos (ejemplo, IMDB, el mayor portal de información de películas, no reclama a nadie como director), es el nombre de Thierry Guetta. Sin embargo da la sensación de que este hombre tan sólo se ha dedicado a llevar su cámara de un lado para otro y filmar aquello que podría ser interesante para el documental, pero parece ser que el verdadero artista (nunca mejor dicho) y artificiero de esta producción es el propio Banksy. El grafitero ha descrito el documental – aunque me gustaría saber dónde y cómo se ha llegado a comprobar que era él el que daba las declaraciones, teniendo en cuenta que quiere ocultar su identidad – como “the story of how one man set out to film the un-filmable. And failed” (la historia de cómo un hombre se dispone a grabar lo in-grabable. Y no lo consigue”.

En todo momento el interés es supremo por ocultar la verdadera identidad, la verdadera cara y voz de este ser que se encubre tras el nombre de Banksy. Esta es quizá la esencia más pura de su personalidad, todo lo que conlleva y que este personaje ha aportado al mundo del grafiti y el arte callejero.

Lo que en su momento se entendió por vandalismo, y en parte sigue teniendo esa connotación, ha llegado a formar parte de lo que hoy en día podemos englobar en arte. A su manera, claro está. Una película, por mucho que nos disguste y por muy bodrio que nos parezca, siempre pertenecerá al llamado séptimo arte, por su forma de producción y por el formato que entendemos va ligado a este reconocimiento, y por tanto entrará dentro de las grandes a la vez que complicadas palabras que son arte y cultura. Un grafiti no correrá la misma suerte. Puede que por su naturaleza más simple requiera de mayor elaboración para estar considerada como valor cultural. Puede que influya el hecho de que absolutamente cualquiera puede bajar a la esquina de su calle y dibujar un garabato, y por ello no sea considerado un artista. O también, quizá, entra en disputa el problema de lo público, de “ensuciar” o “cambiar” algo que es de todos, que cualquiera puede y tiene derecho a pasar por ahí y no tiene por qué encontrarse un garabato que anuncie que “MENGANITO HA ESTADO AQUÍ”.

Está comprobado que, tanto a nivel de Gran Bretaña – de donde es oriundo Banksy – como en otras partes del mundo donde este grafitero ha dejado su huella, este tipo de pintadas callejeras están bien vistas, e incluso gustan.

Aun así, el problema del grafiti y la decoración aleatoria del grafitero en el espacio público sigue ahí, las voces en contra de este estilo de arte y a la vez, estilo de vida, seguirán alzándose y pidiendo que se respeten las zonas públicas, que las bellezas arquitectónicas no tienen la culpa de que una panda de “gamberros” decidan aplicar sus venas artísticas a sus fachadas. Sin embargo, si nos ponemos a hablar del espacio público y lo que es considerado bonito… ¿alguien nos pregunta a los ciudadanos de a pie si nos gustan las fachadas, los colores y las formas de los edificios que día a día vemos en nuestras ciudades? Se me viene a la mente ahora mismo el que es probablemente el edificio más polémico de la ciudad en la que he vivido 18 años, Oviedo: el edificio llamado popularmente “Calatrava” –obviamente por el arquitecto que lo construyó–, un edificio monstruoso, que es un centro comercial ubicado en el medio, literalmente, de un barrio que ha sentido como si una nave espacial hubiera aterrizado en su zona y quedara prácticamente colindante con sus ventanas.

¿Y esto tiene más derecho a ser considerado arte? Pues sinceramente, prefiero encontrarme con una pequeña e inofensiva (inofensiva por el tamaño especialmente) pintada en un edificio, que si quiero lo miro, y sino aparto la vista, que con semejante armatroste que, personalmente, creo que no es más que una gran patada a la estética ciudadana.

1 comentario:

  1. El tema del graffiti, street art, stencil y demás como forma de arte se intenta tratar una y otra, y otra vez pero nunca se termina de definir nada...al menos en este país.

    Llevo mucho años siguiendo a mucha gente, viendo muchos documentales hechos por artistas del street art con nombre y en muchos otros países parece que entienden esa forma de expresión que sin duda es vandalismo, si no se hace en galerías como muchos han hecho, pero no por ello deja de ser arte.

    Has dicho "En todo momento el interés es supremo por ocultar la verdadera identidad, la verdadera cara y voz de este ser que se encubre tras el nombre de Banksy.

    Esta es quizá la esencia más pura de su personalidad, todo lo que conlleva y que este personaje ha aportado al mundo del grafiti y el arte callejero"

    Es la esencia y negocio no lo olvidemos, banksy como muchos otros artístas que han salido de la calle se han hecho un nombre que es una marca, Banksy se habrá aburguesado pero no ha llegado a trabajar para la industria como lo ha podido hacer Obey Giant o Kaws aunque ha tenido comportamientos que ninguno de los 2 anteriores si quiera pensarían.

    Sobre la película, ya le hice la cobertura cuando se estrenó en sundance, y no se si lo veré como otro documental como pueda ser el de "Bomb It" o como ya mítico de la escena española de los 80's con Tifón cuando aún no era un tipo conocido por aparecer en "Aquí no hay quien viva" o como una película ya que mucha parte seguro que está inventada y rodada con un fin a modo de ser presentada como tal.

    Lo de Oviedo y el “Calatrava” tiene delito, mi padre es de Langreo y siempre volvemos todos los años y es una lástima que en parte sea para ver como poco a poco se reconvierten las ciudades con esperpentos como estos le remueven el alma a uno.

    Un saludo^^

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